La electroluminiscencia fue observada en primera instancia por H.J. Round en 1907, pero fue el ruso Oleg Lósev quien publicó en 1927 los detalles relativos a la iluminación que producían los electrones al pasar del nivel actual de potencial a un nivel de energía inferior. Sin embargo, fue a partir de 1962 cuando el diodo LED empezó la frenética carrera hacia el gran ahorro energético que ha supuesto el perfeccionamiento de esta tecnología en la época actual.
Los primeros LED (que emitían luz con un mínimo rendimiento) sólo emitían luz roja, debido a su fabricación con arseniuro de aluminio. El posterior remplazo de gran parte del aluminio usado por fósforo permitió la emisión de luz amarilla y verde.
A finales de los noventa, Nakamura, el investigador de la mundialmente famosa marca Nichia, fue capaz de crear LED altamente eficientes emitiendo luz de color azul.